La entrega cristiana es una vida sobrenatural. Requiere más fe en Jesús, más decisión de seguirlo, y más poder espiritual para vivirlo de lo que el hombre puede producir por sí mismo. Tienes que nacer de nuevo.
Nacer de nuevo consiste en reconocer y confesar tus pecados. Es reconocer que tienes un corazón malo y engañoso que no puedes controlar. Es reconocer que vas camino al infierno sin tener con qué librarte.
Es confesar a Cristo; que incluye rogarle a Dios que acepte la sangre derramada por Jesucristo como pago por los pecados que tú has cometido. Confesar a Cristo también incluye hacer una promesa de vivir la vida de Jesús, y de hacer su obra en el mundo en agradecimiento por el perdón que él te dio por los pecados cometidos.